El libro que nos ocupa es excepcional y para muchos será original porque enseña a vencer el miedo por medio de otro temor superior.
EN EL DÍA QUE TEMO. Cómo el temor de Dios conquista todos tus miedos. Serie de Lectura fácil. José Moreno Berrocal. B&H Publishing Group, 94 pp.
Reseña realizada por David Vergara
Se dice comúnmente que “el miedo es libre”. De esta forma damos a entender que no sabemos cómo es posible que ante una misma situación haya personas que temen y otras no. Lo que para algunos es causa de temor, para otros no supone problema alguno. Además, hay miedos fundados e infundados como los molinos de viento en El Quijote, y quién sabe lo porvenir cuando las nubes llegan amenazantes. Se da el caso de circunstancias globales que consiguen extender el miedo como un reguero de pólvora como hemos visto con la COVID19, o lo ocurrido al pueblo de Israel ante los desafíos del gigante Goliat que bloquearon a todo un ejército, y es entonces cuando echamos mano de lo que nos da seguridad. José Moreno expresa que “esa dinámica del miedo no es solo el testimonio de la Escritura, sino también nuestra experiencia cotidiana” (pág. 16).
El libro que nos ocupa es excepcional y para muchos será original porque enseña a vencer el miedo por medio de otro temor superior. Dicho de otro modo, hay preocupaciones que se desvanecen cuando descubrimos otras realidades que acaparan toda nuestra atención y que convierten en cuestiones secundarias ciertas incertidumbres. Al llegar a este punto, sabemos que no se puede eludir el miedo mirando a otro lado o escapando, como tampoco mintiendo para hacernos los valientes cuando no creemos en la victoria y sólo esperamos que los demás no tiemblen al ver nuestra debilidad. Dios conoce nuestros temores, pero se levanta para que al contemplarle, con asombro caigamos de rodillas como el apóstol Pedro y le adoremos. Si le tememos a Él, no deberíamos temer a nada más (Lc. 5:7-11). En este sentido, desde Edén, Adán se escondió al sentirse pecador y nosotros tememos ante su presencia como Isaías al tener una visión de su santidad, pero Dios por medio de Cristo se ha acercado para decirnos tras su muerte y resurrección: “No temáis” (Mt. 28:10).
El temor de Dios reconociendo quién es, lo produce la gracia de Dios. La relación de los redimidos con su Dios conduce a tener reverencia y respeto hacia Él. Dios pone temor en el corazón de sus hijos para que dejando atrás nuestras angustias, nos rindamos ante su presencia gloriándonos en Dios en medio de las dificultades. Esta obra es una reflexión de gran valor y más en tiempo de dificultad, para cualquier persona que busque a Dios o habiéndole conocido, necesite aprender a depositar sus temores ante Él.
Publicado con permiso